Dicen que cuando dos patos se pelean, al separarse nadan en direcciones opuestas. Después los dos baten sus alas enérgicamente para descargar el exceso de energía acumulada en la pelea. Una vez hecho esto, se van pacíficamente, nadando como si nada hubiera pasado.
Si el pato tuviera una mente humana, mantendría la pelea viva en su memoria, tejiendo historias mentales sobre lo ocurrido. Bien podría pensar: "No puedo creer lo que acaba de hacer, seguramente se cree el dueño del estanque, cree que es más que yo, no tiene ninguna consideración, es un egoísta. Nunca más confiaré en él, me defraudó, ya debe estar tramando algo más para molestarme. Le daré una lección que no olvidará."
Tomemos como ejemplo la lección del pato: sacudamos las alas, dejemos atrás la historia y volvamos al único lugar donde reside nuestro poder: EL PRESENTE.
(Inspirado en la lectura de "Una nueva tierra")
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